martes, 30 de octubre de 2012

MALDIGO EL SISTEMA DE SALUD COLOMBIANO. Por Flóbert Zapata Arias



NO APARECE EN PANTALLA
Mi hija Carolina está afiliada a Cafesalud. Pero en la propia Café Salud no la atienden sin firmar un pagaré, porque no aparece en pantalla como afiliada, aunque ha realizado los pagos correspondientes en Cornabis. Aparte de eso la atención resulta deficiente, un médico general bonachón y voluntarioso hace llamadas telefónicas a un ginecólogo para ver hacia dónde va con un leve sangrado vaginal de Carolina, que tiene cuatro meses de embarazo. Le mandan una ecografía para fecha no cercana. Resolvemos el asunto en consulta particular con el ginecólogo de Santillana. Durante las semanas siguientes vamos a Cornabis donde Pilar, vamos a Cafesalud donde Alex, volvemos a Cornabis, volvemos a Cafesalud, nada, llevamos y traemos tal o cual papel, fotocopiado u original, nada, Carolina sigue sin aparecer en pantalla como afiliada. Impotencia total. Laberinto depravado. Rostros como muros.

DEL PROPIO BOLSILLO
En el Hospital de Caldas, antiguo hospital del pueblo, nos atienden en consulta privada las dos siguientes emergencias, un flujo de líquido primero, que finalmente no significó ruptura de membranas, lo que llaman romper fuente, y a los días un doloroso y asfixiante espasmo a la altura de las costillas. El embarazo no es una enfemedad pero es peor que una enfermedad, dicen las mujeres y ninguna lo niega. Muchas gracias Hospital de Caldas, salí del paso, me tocó pagar de mi bolsillo pero salí del paso, después de que en La Presentación dijeran que no atienden gestantes. El vigilante de La presentación se comportaba rígido como un vigilante de Banco, la mujer que me atendió se comportaba rígida como una cajera de Banco, completamente coherentes con lo que han convertido a la salud, en una grosera transacción económica, en un camino al desamparo y la incertidumbre, en nuevo estuario de penas y preocupaciones, como si no nos agobiaran ya demasiadas.

NO SERÍA CANDIDATA
En las idas al Hospital de Caldas veo un aviso: “Cliente preferencial. Atención personalizada. Llame al 313-7166969”. Atenderían a Carolina en el quinto piso, donde están los especialistas, la tecnología de punta y las comodidades. ¿De qué se trata eso de tarjetas oro, plata y platino? Gastaré mis ahorros con tal de que esté bien. Después de saber que Carolina está afiliada a Café-Salud María Isabel Salazar, la encargada, me responde: “No señor, Carolina no sería candidata a ninguna de las tarjetas, para poder acceder a ellas tendría que tener medicina prepagada o póliza”. “¿Y si afilio a Carolina a medicina prepagada o le pago una póliza si tengo acceso a las tarjetas?”, le pregunto. Este el siguiente eslabón de oscuridad: “Yo entiendo que ninguna prepagada afilia a embarazadas. Las pólizas tampoco las aceptan”. Sentiré esa hiel. Probaré de esa hiel. Me untaré de esa hiel. Hundiré este cuerpo y esta mente en esa hiel como en una piscina.

NO ME IMPORTA SU ESPERANZA
Andrés Felipe Álvarez, de Coomeva, me atiende. Voy al grano: “Andrés Felipe, quiero afiliar a medicina prepagada Coomeva a mi hija Carolina, que tiene veintisiete años y cinco meses de embarazo”. Esta su respuesta: “Desafortunadamente, como ya está en embarazo, no puede ingresar a medicina prepagada hasta no tener el bebé. En Coomeva medicina prepagada no se acepta sino antes o después del embarazo. Las personas que se van a afiliar se afilian un mes antes”. De cooperativa les queda el nombre. Mi hija no se afilió antes por una razón poderosa, no sabía que estaba en embarazo. Una anterior cirugía ginecológica le había negado casi toda esperanza de procrear, se preparaba para la adopción. La noticia lo convirtió todo en fiesta y esperanza. Pero ahí estaba el sistema de salud colombiano para traer la tristeza y la desesperanza. Digámoslo resumido: La mujer corriente que se embaraza comete un delito contra la propiedad privada.

NO LA RECIBEN EN LA PROPIA CASA
Suponemos tontamente que en Café-Salud haya alguna esperanza de afiliar a Carolina en medicina prepagada, dado que a esa entidad pertenece. Pero el hecho de que pertenezca a Café-Salud no significa absolutamente nada. La respuesta que me entregan suena calcada de la que me dieron en Coomeva, sólo cambió la voz: “No se puede afiliar a medicina prepagada si está en embarazo y en ninguna otra empresa la aceptan”. Qué amarga esta hiel, más amarga que todas las hieles que han existido, todos los científicos reunidos no podrían inventar una hiel más amarga. Pero quiero un poco más de hiel, el de la incomunicación. Llamo a Colmédica, que encontré en las páginas amarillas. 018000-123700. La voz grabada “Bienvenido a Colmédica medicina prepagada. Por favor digite su número de identificación”. Digito mi cédula.“Si usted aun no es usuario de Colmédica y desea afiliarse a medicina prepagada marque uno”. Marco el uno y la llamada se corta, lo intenté no menos de diez veces a distintas horas, distintos días.

NI AUNQUE TENGA UN MES DE EMBARAZO
Sura no maneja medicina prepagada sino pólizas. Nos haremos a una. La póliza full, me informa Sandra Cardona, en caso de cirugía, accidente o tratamiento hospitalario, cubre insumos médicos, gastos de especialistas, consulta ilimitada, atención inmediata y preferencial en las clínicas Santillana, La Presentación y Santa Sofía. Discriminatoria, para una persona de cincuenta años cuesta $2.274.333 anuales. Para una persona de veinticuatro años cuesta $1.057.358 anuales.
−Necesito una póliza para mi hija Carolina, está embarazada de cinco meses.
−No señor, en el momento no podemos venderle la póliza.
−¿Por qué?
−Porque al estar en embarazo tiene riesgo alto.
¿Por ningún dinero?
−Por ningún dinero.
−¿Ni aunque tenga un mes de embarazo?
−Ni aunque tenga un mes.

MALDIGO EL SISTEMA DE SALUD COLOMBIANO
Lo maldigo por no ser universal y gratuito como el de Inglaterra.Lo maldigo por no ser universal y gratuito como el de Francia. Lo maldigo por no ser universal y gratuito como el de Ecuador. Lo maldigo por no ser universal y gratuito como el de Cuba. Lo maldigo por no ser universal y gratuito como el de Venezuela. Lo maldigo por no ser universal y gratuito como el de Canadá. Lo maldigo por ser una copia esclava del inhumano y fetichista sistema de salud de los Estados Unidos, que arroja a los pobres en las aceras. Lo maldigo porque es un sistema deshumanizado en su totalidad. Lo maldigo porque los pacientes se mueren en los corredores de los hospitales, o anhelando una droga o esperando una consulta en sus casas. Lo maldigo porque le interesa que la gente se enferme. Lo maldigo porque es un bazar turco, una subasta, un mercado persa, un comercio formal. Lo maldigo porque inventó la enfermedad del miedo a enfermarse para no tener que encontrarse a su merced.
http://tu.tv/videos/sicko-2007-v-o-sub-espa-1-de-2
 

Manizales,lunes 29 de octubre del 2012.

©Flóbert Zapata Arias, octubre de 2012