domingo, 10 de febrero de 2008

DE LÁGRIMAS SOLITARIAS


Piedad, de pulcro turbante
y de soledad tan bella,
vuelve con fulgor de estrella
desde África anhelante.
Marcha siempre por delante
de la oscuridad tramada.
Hay lucha contra la nada
en su mente estremecida.
Late ferviente la vida
en su voz enamorada.