(arte urbano, Manizales)
Queremos espacios sin
dinero para la poesía, lo que no quiere decir que si te invitan con gastos
pagos, avión y honorarios vayas a decir que no, se trata de las riquezas del
subsuelo de este exageradamente rico país que nos pertenecen a todos aunque se
las llevan unos pocos. Sólo que estas
invitaciones llegan una cada siglo y mientras tanto tenemos que llenar los
vacíos mayoritarios invitándonos a nosotros mismos en los espacios de poesía
sin dinero para no morirnos de soledad de islote. Unidos estamos errantes,
desunidos nos degradamos a buhonerías de feria triste.
-
Los concursos de poesía,
todos oficiales o de mentalidad oficial, no son inocentes. Con sus jurados
oficiales dictan el modelo de poesía que se debe escribir. Igual para los
festivales. Creo que ha llegado el momento de instaurar un premio de poesía no alineada,
que reconozca y potencie otros tipos de poesía porque este sabor a coro ya no
seduce a nadie. Saúl Gómez me recuerda a un crítico que juzgó a la poesía
colombiana como la más conservadora de Latinoamérica. Un gran valor de los poetas se
definirá por su claridad para enfrentar este reto en vez de caer más en la cómoda
virtud de salir del sueño.
-
El poema sugiere por arte o
por miedo. Y a veces el miedo se convierte en arte y el arte se convierte en
miedo.
-
Y esta joya de Saúl Gomez
Mantilla (Cúcuta, 1978) en su libro El amor y la palabra, editado por el Fondo
Editorial Fundarte de la Alcaldía de Caracas.
ÁNGELES COTIDIANOS
En los semáforos
en medio de los juegos
entregan su vuelo
como único recuerdo
del paraíso abandonado.
©Flóbert Zapata Arias, octubre del 2012
