La literatura no se promueve sin intenciones, el arte no se promueve sin
intenciones, y hoy por hoy poseen casi todo el espectro de difusión, el
tradicional y el nuevo porque no nos abrimos, los que tienen oscuras intenciones.
Mira los muros de facebook, todavía hay
gente que cree que para ser bueno hay que salir en El Espectador. Los tiempos
han cambiado, dale oportunidad al desconocido, ve a los blogs anónimos pescando.
Los blogs, esa conversación de café nueva.
Buscan recomendaciones sin pensar en quién se las da, aceptan como bueno
lo que no les convence y su escritura de tinta o de vida se ahoga o se
constipa. La literatura no se promueve sin intenciones como el Éxito no vende televisores
sin buscar ganancias. Piénsalo. Yo lo pensé tarde. No, lo pensé temprano pero actué
tarde porque no creía en mí. Promueven la literatura, en general, ¿los
noticieron qué representan también sino literatura?, con negras intenciones, una de ellas conseguir
que no creas en ti. No les queda fácil, tienen que gastar muchas energías y
dinero pero al final lo consiguen. Entonces les comprarás todo a la hora que te
pidan y por lo que te pidan, simple inversión.
La literatura, el periodismo, la comunicación, no se promueven sin
intenciones. Hay colecciones, festivales, reseñas, publicaciones, publicidad,
música, libros, programas de tele o radio, vallas, etc., con buenas intenciones
pero pocos. De que los descubras depende tu futuro, de tu futuro depende el
futuro de todos. En el arte, como en los asuntos otros, si no hay revolución
hay podredumbre. Y la revolución
consiste simplemente en distinguir quienes tienen malas intenciones y quienes
fingen que no las tienen.
La
Carolita, domingo 17/feb/2013
©
Flóbert Zapata, febrero de 2013
