martes, 20 de noviembre de 2012

EL LOCO ROJO DE LOS CAMPOS. Por Flóbert Zapata Arias


Una mariposa deposita sus huevos en la flor de la que nacerá el jugoso tomate, del que se alimentarán las larvas por nacer.

Me perseguían centenas de miles de aquellas mariposas diciendo a gritos que iban a depositar sus huevos en mi cuerpo para que en días se convirtiera en la cena de su descendencia.

Corrí, corrí mucho con mi veloz juventud pero mordí el polvo, imposible vencer a seres que se desplazan a trescientos kilómetros por hora.

Me dispuse bocabajo, recité un mantra y me despedí de la vida. Rodearon todo mi cuerpo excepto los ojos, hasta que me cubrió la tibieza total. Me levantaron y me condujeron suavemente por el aire, bajo la música furiosa e hilarante de sus alas. Fueron kilómetros hermosos, demasiado hermosos, como una droga que no tiene efectos colaterales. Me descargaron sobre la rama de una inmensa selva, se alejaron sonriendo. En ella estoy, la exploro, trabajo para convertirme en flor, medito sobre la muerte, escribo versos, me llaman El loco rojo de los campos.

 (Fotografía: Arte urbano, Manizales, Parque Ernesto Gutiérrez).

La Carolita, domingo 18/nov/2012

©Flóbert Zapata Arias, noviembre del 2012