jueves, 21 de junio de 2012

IRIDOTOMÍA. Por Flóbert Zapata


“De mi pecho, del escondite donde yo estaba oculto, salid, gotas rojas, gotas de confesión”. Walt Whitman



Acabo de acompañar a S. a una iridotomía en el Centro Visual Moderno. Me enferma ir a las clínicas aún sólo de visita. Cumplo con el deber pero me da miedo que el médico diga:

−Está bien, la operación fue un éxito. El que se ve mal es usted, venga, quédese le hago unos exámenes.

Y que yo mire a la puerta y la oiga aconsejarme:

−Huye porque nunca volverás a salir.

Dice José Antonio Ramos Sucre: “Dos médicos no pueden mirarse a la cara sin reírse”.

En Salamina, en el 86, una señora fue a recoger a su hija al hospital, se recuperaba de una enfermedad y le dieron de alta. A la hija la acompañó  finalmente una enfermera porque su madre se desmayó y la dejaron en revisión. Al otro día murió.

Manizales, jueves 21 de junio de 2012. 8.43 p.m.





©Flóbert Zapata Arias. Mayo del 2012