miércoles, 30 de mayo de 2012

PAISAJE DE GUERRA. Por Flóbert Zapata


Entidad estatal. No ha llegado la anunciada “Reestructuración”, nombre suave y atroz. Mientras tanto les dan el adelanto de los concursos. Unos pierden el puesto por puntaje bajo. A otros los trasladan lejos. Se va, no importa que tenga cáncer, y se agravara por la noticia. Algunos a otros mundos, no pocos prefieren renunciar. Desesperación. De la que esperaba no recibe nada. La que te besaba en la mejilla te clava el puñal. Los que suciamente pujan por quedarse. Consejería. Negligencia sutil. Tráfico de influencias.  Sálvese quien pueda. Ley de la selva. Alianzas secretas. Felonías. No le quiso ayudar pudiendo hacerlo. Intenta retener a su auxiliar porque le hace todo mientras ella lee cosas personales, se pega del celular, llega tarde y critica a los que llegan tarde. Decepciones. Tan amiga que parecía y me hizo el cajón. ¡Hipócritas! No confío en nadie.

Esto el relato de un individuo. Juntos los relatos de todos espantarían, llaman a nauseas y vómito.

En las situaciones límite se sabe quiénes son realmente las personas, desnudan sus miserias, estrenan doblez, muestran impúdicas lo que ocultan tras la sonrisa, demuestran que los intereses personales priman sobra la solidaridad, que la dignidad se acuña como moneda. Las pacíficas aguas se tornan turbulentas, debajo de las blusas bordadas y las camisas de cuello relumbran las armas profesas de la religión del beneficio, el poder y la importancia.    

Por todas partes del Estado igual, sobran las Belsebú, las Marta Fiereza, las Beata, las Tartufa Orrego, los Fernando Herodes, las Divanelly Mierda. 

Los martirios hoy: el traslado sin querer, la pérdida del puesto, el arrebato del cargo por el colega, entre otros muchos.

Nadie cree en el infierno místico porque conocieron otro peor, el mundo laboral: insidia, recelo, cizaña, envidia, deslealtad, pandillas, conspiraciones contra el débil, por migajas, contra el distinto, contra el voluptuoso, contra el libre y feliz,  narcisismo, egos glotones… maldad pura. No hay nichos, no hay piñones limpios, toda la máquina está oxidada, todo chasquea, huele a humo, muestra grasa animal sucia y comida por las cucarachas.   

Si la víctima inocente hace uso de la legítima defensa le gritan “chismoso”,  acusan de verdugo al que le están cortando el cuello con el hacha.

En B.F. a C.O. le reblujaban su escritorio, le envolataban los papeles, la hicieron aburrir. Y eso que tiene título en Derecho y especialización en la Javeriana. Qué no harán con el confuso.

En el magisterio igual, la “Racionalización educativa” encerró a la mejor parte del gremio en la angustia y la abyección.

R. R., maestra primaria: “No hay de qué hacer un caldo, todas unas chismosas y traicioneras, por eso me volví cusumbo sola”.

Como una “Piroba psicópata” se refirió una madre de familia a una profesora que aterrorizó hasta el trauma psicológico a su hija haciéndole calumnias atroces y diabólicas de su probadamente limpio y bondadoso profesor de pelo largo.

G. N. C. se retiró del magisterio en Neira porque no aguantaba la presión, la asechanza y el acoso de una colega.

Lo privado hierve, lava volcánica y ceniza.

L. X., joven maestro de colegio privado: “El magisterio es un gremio degenerado”. Tendrá sus razones.

Taxista joven: “Yo trabajaba en una empresa de vigilancia, me tuve que salir por una compañera sapa”.
Todos enemigos de todos, aunque se finja pobremente.

Por todas partes el mismo dolor contenido, el mismo llanto desconcertante, la misma aprensión, la misma enfermedad.

Digan si no corresponde este cuadro al jardín de las delicias de la ira.

Digan si todo esto no constituye un paisaje de guerra.



©Flóbert Zapata Arias. Mayo del 2012