jueves, 5 de abril de 2012

TE REGALO UNA FLOR. Por Flóbert Zapata

Para Stella
No te regalo una flor cortada, se me parece a los cuerpos cortados de la vida, a los miembros cortados de los cuerpos.
No te regalo una flor en maceta, separada de la tierra, comprada en algún vivero, manchada por el comercio; o cultivada por mí como un objeto (aquello cuyo destino adoctrinamos, formateamos) dañado por la intención sumisa.
Si tuviera granja no te regalaría una flor que creciera allí porque estaría colonizada por el concepto de propiedad privada, por el mío y el tuyo.
Tampoco te regalo una flor prestada, nacida en la posesión de algún amigo o pariente, cuya generosidad lavara las manchas por un tiempo.
Te regalo una flor silvestre que crezca al borde de la carretera, las únicas tierras de nadie que nos dejan la codicia y los bombardeos. Una flor nacida del azar genético, de las abejas polinizadoras, de la anarquía del universo, no conducida por manos y palabras, ojos y huellas, historia y dolor.
Podrás ir a verla cuando se te antoje, hablar con ella sobre mí y mis raras ideas, mirarla de paso desde tu auto, traicionarte a tu antojo, prometerle. O no visitarla, que también ama su soledad y no reclama más presencias que el sol y el viento.
Mejor no cuidarla, echarle abono, otorgarle un destino humano a nuestro modo, un nombre, dañarle su libertad, sembrarle un ego, dotarla de principio y final, de pasado y futuro, de falso y verdadero, encajarla en la brutal encrucijada de lo bueno y lo malo.
Si un invierno crudo o un verano calcinante la destruyen, sabe que no necesita cruz o sepultura, si alguien la pisotea o la arranca, no tienes que maldecir o rescatarla, haz de cuenta que viviste un sueño, una alucinación, que la flor nunca existió, o que existió breve, bella, despiadada, indefensa, débil, como tú, como yo, como el amor, como cada uno para todos, como todos para cada uno, como todo y todos para ella, como ella para todo y todos.
Salgamos a caminar y te regalo una flor, la primera que encontremos, no una escogida, profanada por la discriminación, la memoria y la estética.
Te regalo una flor, mi manera de decirte que te quiero como a esa flor y que querer de otra manera significa profanarnos.
Te regalo una flor para que recuerdes que tu bombeante corazón es una flor y que la flor lleva adentro un bombeante corazón.
Manizales, jueves 5 de abril del 2012
© Flóbert Zapata abril del 2012