miércoles, 26 de octubre de 2011

NO DEJABAN, NO DEJAN, NO DEJARÁN. Por Flobert Zapata

(Fragmentos de conversación por Facebook)

“No sé si me recuerde. Hace algunos días le escribí a un correo que encontré en un blog, pero nunca recibí respuesta. Me llamo Felipe Rendón, estudié en el Liceo Isabel la Católica, de la promoción del 2001 de la mañana, usted fue mi profesor de español en 8vo grado en el 98.

Pues déjeme contarle:

me dedico al arte, soy actor, director y dramaturgo.

Vivo ahora en Bogotá.

Seguro. Ahora estamos montando una que acabo de escribir, pero en Manizales, seguro lo invitaré. El otro día la escribí porque quería contarle que soy escritor.

Y todo surgió desde ese año en que usted nos incitó a escribir un libro de cuentos que aún conservo como un gran tesoro”.

Tiempos aquellos, Felipe, en los que me acusaban de enseñar literatura viva, lo único que podía salvarnos de la mudez, mí tabla de salvación frente al arrepentimiento.

Colegas de vestido sastre o bleiser, igual que aquel decano de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo, que para simular que amaban la lectura despreciaban al que enseñaba a escribir, obligándolo a la monotonía de las reglas de ortografía o a largos, desérticos listados de fecha y nombres, lo que llaman perspectiva diacrónica.

Porque todo lo que esteriliza se cree con derecho a extender la religión sobre lo que más falta hace pergeñaban con legitimada doblez el descrédito.

Me echaban en público para escarmentar con el aplauso.

Nunca dejé sin embargo de dar en secreto mendrugos de rebeldía.

Hasta que proponerles que me dejaran hacer los talleres fue como escupirle la cara a la ciudad y sus fieles tradiciones.

Filadelfia, miércoles 26 de octubre del 2011.

Copyright © Flóbert Zapata 2011