lunes, 26 de enero de 2009

DOS SOLES Y UNA LUCIÉRNAGA

(Zócalo de Guatapé. Foto: Flóbert Zapata)
En El Espectador de hoy sábado 24, debajo de la foto de Francisco de Quevedo —Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas, su nombre completo—, en primera página, como cualquier desastre aéreo, como una declaración del presidente Chávez, como una nueva pataleta de Uribe, como David Murcia Guzmán, como cada palabra de quien protestó como presidente número cuarenta y cuatro de los Estados Unidos, como la futbolística selección colombiana de turno, como las maquilladas zancadillas al alcalde Samuel Moreno. No en un discreto rincón, como los avisos de aumento de salario mínimo, como las masacres, como los muertos comunes, como las acciones de la oposición, como el costo de los plátanos, como los recortes de personal en las empresas, como las desgracias de las vidas menudas. Con melena de rockero y quevedos, este anuncio que nos recuerda los tiempos románticos de don Fidel Cano, mezcla de Byron y Espronceda, y el mejor periodismo que haya tenido este país:
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HOY EN:
El poema de la semana
Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió

Del poeta Francisco de Quevedo y leído por Héctor Abad Faciolince.
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¿Por qué hermoso el día? Por el sútito renacimiento mediático del poema en un planeta que creía ingenuamente que se puede ser antipoético y hasta antipoemático. Este el audio:

http://www.elespectador.com/articulo110725-el-poema-del-viernes


Como si fuera poco, abro mi correo y ¿qué me encuentro? Un nuevo magnífico sol. Para este invierno nacional, liza de lluvias inclementes, inundaciones y deslizamientos, insinceridades, avaricias y egoísmos.
Juancho Ibarra, grato remitente desconocido me envía el video donde Elizabeth Alexander, poeta afroamericana nacida en Harlem, sella con el poema “Cántico para el día / Praise song for the day” la posesión de Barack Obama como presidente de la nación más poderosa de la tierra, incipiente tradición demócrata: Bill Clinton dos veces y John F. Kennedy, bendecido nada más y nada menos que por Robert Frost.
Va el video:

(
http://www.youtube.com/watch?v=kEgUwr-erGs )


Esta décima la escribí apenas supe que al gran negro no le habían roto los peldaños de la escalera a un nuevo orden. Quise publicarlo el día de su posesión. Entrego su luz de luciérnaga que ignora que se ha ido la noche.

Arroja una sombra al cuello
la tentación de la rama
pero entonces llega Obama
el de keniano cabello.
El mundo que fuera bello
va cansado de gemidos.
Ya no más cielos heridos
por obus republicano,
vuelve la palabra hermano
a los Estados Unidos.