miércoles, 21 de agosto de 2013
Coplitas. Por Flóbert Zapata
(Foto: Manizales)
LO DEMOSTRÓ
SALAMANCA
Para matar sin
castigo,
lo demostró
Salamanca,
hay que
tener mucha plata
y tener
mucha palanca.
Nacemos y
nos morimos
con esta
ley soberana:
la
justicia, si la hay,
es sólo
para el de ruana.
La justicia para unos
inventa y no inventa nada,
felizmente para otros
la justicia está inventada.
Fabio maneja su Audi,
borracho cual lord inglés,
colisiona con un taxi
y qué tragedia después.
Ciento cuarenta kilómetros
de hambrienta velocidad,
ciento noventa y seis metros
avanzó la tempestad.
Dos cadáveres recoge
la confusa madrugada,
doce de julio contuso,
amargo de sangre helada.
Duelen igual las dos tumbas
si en ella hay ropavejeras,
las tumbas que ocupan hoy
dos muchachas ingenieras.
Una llamada Ana Torres,
la otra Diana Bastidas;
eternidad, oh, fetiche,
que mata con embestidas.
El que conducía el taxi
se llama Holman Cangrejo,
para la jueza del caso
se llama Holman Pendejo.
Paralítico
quedó,
no le
tocaba la muerte,
nadie
comprende por qué,
misterios
tiene la suerte.
Sin
rasguños, dos semanas
se nos fue
Fabio de clínica,
unos ven la
realidad
mientras
otros ven la mímica.
No hay
nadie que en el guayabo
no sufra de
estrés agudo,
la vida en todos
los casos
sufre la
ley del embudo.
En tiempos
ya muy antiguos,
para la Ley
del Talión
sería un
mal chiste, Fabio,
eso de pedir perdón.
País que ama la tragedia,
país bebedor de llanto,
a veces nos preguntamos
por qué te queremos tanto.
*
UNITED BARRIOS
Conocí a
unas maestras
todas en
trance de rito,
me acerqué
más para ver
y era un
Opus Dei chiquito.
Les encanta la morcilla,
odian toda librería,
de espíritu semejante
se hace su pedagogía.
Cada una en su salón
tiene una republiqueta,
oh, gobierno despiadado
de generales con tetas.
Martirizan a los niños
y se quejan de sufrir,
con esto está dicho todo
y ni para qué seguir.
La Carolita, viernes 16/ago/2013
© Flóbert Zapata, agosto de 2013