domingo, 30 de marzo de 2014

Tradición. Por Flóbert Zapata

(Foto: mural Avenida Santander, Manizales)

El cielo que me dan sin que lo pida,
el cielo que me dan adelantado,
el cielo que me obligan a tomar,
el cielo que jamás me quito en público
y me quito en privado,
el cielo que me mata por detrás y se esconde,
el cielo que devuelvo y no reciben.


La Carolita, domingo 30/mar/2014

© Flóbert Zapata, marzo de 2014

MAL CON TODOS. Por Flóbert Zapata

(Foto: mural Avenida Paralela)

MAL CON TODOS
Mal conmigo.
Mál contigo.
Mal con él.
Mal con ella.
Mal con nosotros.
Mal con ustedes.
Mal con ellos.
Malcolm Lowry.


Dedicado a Ana Krank.

La Carolita, domingo 30/mar/2014

© Flóbert Zapata, marzo de 2014

martes, 25 de marzo de 2014

Siempre hay gente que te quiere. Por Flóbert Zapata

Los que saben no hablan y los que hablan no saben callar. Leopoldo de Quevedo y Monroy está por fuera de este rasgo triste del carácter nacional, por fortuna ausente en tantos. Nos encontramos ante un poeta que habla y sabe hablar, considera encubrimiento a las ambigüedades y alcanza esa sugerencia que no va del lenguaje poético a otro lenguaje sino que va del lenguaje a la realidad.

DEFINICIÓN REDENTORA
Pecado es
acaso
¿la palabra que
pronto se hace viento
el deseo
nunca vivido
el acto que
la justicia expía
la mirada
inverecunda y desenvuelta
la infidelidad
ya perdonada?
Pecado es
dejar de hacer
y no gozarlo

Ciertos prólogos dañan los libros por afectación. En el buen prólogo a Versos sacros y profanos Marco Mondragón señala como rasgos de sus poemas la valentía, el humor negro y el furor crítico, “Encontré en Leopoldo un revolucionario por naturaleza”. Revolucionario es quien habla con la propiedad que da la honradez con uno mismo.

¿QUÉ ES EL DIABLO?
Es un engendro de
mentes afiebradas
es una calentura
psicológica
que pintan
de rojo azufre y
coronado de
una sarta de pecados
es el coco de niños e
ignorantes
es no abstenerse del placer
prohibido
el diablo es
una mujer bonita
sin calzones

La reseña biográfica de solapa u otra se constituye en un subgénero dentro del género literario de la reseña, al lado de la reseña bibliográfica, tan difíciles, pero tan gratas cuando uno las encuentra. La reseña de solapa de Leopoldo resalta porque no esconde las cosas más importantes, las personales, ni siquiera su amor a Nietzsche: “Se retiró de cura y no quiere seguirlo siendo, si no vive como Diógenes sí quisiera imitarlo en sus actitudes”, “desea terminar su vida lejos de los médicos, de los curas y cerca de su mujer, de sus hijos, de un whisky y de la música que ama”. Tengo en mis manos sus memorias Confesiones de un cura casado-Primer cura casado por lo civil en Colombia. Las leeré pronto, anuncia el prólogo: “Esto es lo que pasa con la vida y obra del sacerdote. La gente lo ve, de pronto, ya hecho, encima de un trono que se le prefabricó, personaje intocable, inefable, un ser cuasi divino.”, “No existe el compromiso social de hecho del sacerdote con el pueblo, con los pobres”.  Va este tercer poema de Leopoldo, de suavidad dura o de dureza suave.

MUERTE II
Qué tienes
oh, muerte
que al hombre
inquietas
desde miedos
y suicidios
bendiciones
y anatemas
hasta poemas
e invectivas
has causado
de mi parte
sólo pienso
que llegues
a la hora
que tú quieras
de repente
o con preaviso
sin dolor
o con catéter
deja eso sí
que yo
te espere
con un whisky
cada día
y muy lejos
de los curas

¿Te fastidian en Cali por tu obra, Leopoldo? A mí me fastidian en Manizales. Mas cada fastidio tiene su bálsamo. El viernes me encontré en Juan Valdez con Antonio Cadavid, ese buen profesor de literatura, porque pone a los muchachos a escribir, ese paisano siempre tan considerado conmigo, el próximo tinto lo invito yo. Le dije al oído durante el primer abrazo: “Siempre hay gente que te quiere”. Él  respondió: “Y mucha”.

La Carolita, lunes 24/mar/2014


© Flóbert Zapata, marzo de 2014

sábado, 22 de marzo de 2014

En una casa de locos. Por Flóbert Zapata


1

La ley que no pudo impedir la libertad

Unos días después del triunfo en la Batalla de Ayacucho, que sella la libertad de América mestiza frente al primer imperio que le tocó padecer, le llegó a Bolívar una carta tardía del congreso colombiano prohibiéndole por ley realizar esa campaña sureña y despojándolo del mando y de sus poderes. Gracias a la lentitud del correo la jurisdicción esta vez no pudo impedir la gesta como impidió, enredó, abortó,  frustró, malogró, ralentizó,  tantas otras cosas cruciales en nuestra dolorosa historia siempre trunca. Lo que Bolívar iba haciendo los traidores, los demagogos, los oficiales, los altos funcionarios y los intrigantes lo iban dañando: “Mientras que allá creáis nuevos pueblos nosotros aquí (Bogotá) nos entretenemos en puerilidades y futesas, de tal modo que si seguimos avanzando por ese camino, terminaremos todos en una casa de locos. El Congreso se halla reunido; la Cámara de representantes del pueblo presenta el aspecto de un volcán que lo va a arrasar todo. Carta de Soublette a Bolívar” (1). Destituciones truculentas, golpes de estado, conciliábulos, maquinaciones, complots,  conspiraciones, asesinatos, chantajes, sobornos, calumnias, libelos constituyen los otros campos de batalla en los que combatió Bolívar, la otra gran guerra que perdió ante la hipocresía, el enanismo mental y la ambición personalista. Por ello el irlandés Daniel Florencio O´Leary le anuncia de este modo a Manuelita la muerte de Bolívar: “murió de la enfermedad que sólo padecen los grandes hombres: la tristeza”. La gloria llega con gangrena y el infierno está al final.

 

2

El sastrecillo valiente bogotano

En Santander realiza Fernando González una gran biografía de Bolívar, la de su dolor concreto. Conocemos de manera amplia las raíces rabulescas, politiqueras, leguleyas del poder criollo. “…pero ahora que no hay más que robos, ambición, latrocinio, asesinatos y un Congreso que desde que se formó todo fue hacer peladas y más peladas; Congreso y gobernantes de estos seis años que se puede reputar como una junta o cuadrilla de bandidos…(2)”. Estas palabras citadas por Fernando las escribe en su diario secreto José María Caballero, un humilde sastre de esos tiempos independentistas sin libertad de expresión en los que la gente andaba fugitiva y escondida en la selva,  que descubierto lo hubiera hecho pasar por las armas: “Desde este mes no he podido llevar el diario como hasta aquí por las muchas incomodidades que hay, pues lo he tenido que enterrar, junto con todas las gacetas y demás impresos, por libertarlos y libertarme. Mucho es lo que cada día se persigue a todo hombre; ninguno está seguro”. El amedrentamiento se sienta orgulloso en su trono eterno: “Si ellos conocieran mi interior, ¡qué muerte tan atroz me dieran!¡Cómo me descuartizarían y mi cuerpo, dividido, lo pondrían por los caminos!”. Nada de paranoia en la mente del sastrecillo valiente bogotano sino pura realidad: “Arcabucearon a 5 en la huerta de Jaime y después los colgaron en las horcas. Arcabucearon a Molano, chircaleño, que tenía buenos tejares. Cuando lo prendieron hicieron que su mismo hijo lo amarrase y lo trajese de diestro hasta la cárcel. Después le cortaron la cabeza y lo descuartizaron. La cabeza la pusieron en San Diego, y los cuartos en los caminos de San Victorino, Las Cruces y Santa Bárbara. Lo llamaban Juanchito Molano”.

 

3

Dicen que no

Doscientos años después los neogranadinos debemos hacernos una pregunta: ¿el alma  del poder ha cambiado? Una mirada a la realidad dice que no. La abstención electoral del setenta y cinco por ciento dice que no. El miedo generalizado dice que no. El silencio de los poetas dice que no. El linchamiento mediático dice que no. La corrupción elefantiásica dice que no. El agujero negro del capital que se chupa todos los valores humanos dice que no. El cuadro cotidiano de los colombianos matándonos en muchas guerras de todos contra todos dice que no. Tanta gente perdida en el bazuco y la solución dice que no. Tanta gente muriendo de cáncer dice que no. Las tropas de mendigos que recorren las calles dicen que no. Los millones de desplazados dicen que no. La rabulesca destitución de Gustavo Petro, alcalde de Bogotá, democráticamente elegido, que cuenta con el sesenta por ciento de apoyo de la población según encuestas, dice que no, las multitudes que atestan la Plaza de Bolívar en su apoyo dice que no,…  

 

Citas.

(1). Antología de la Batalla de Ayacucho. Alberto Montezuma Hurtado. Biblioteca Caja Agraria. Pág 115)” .

(2). Santander. Fernando González. Bedout. Pág 128. Las citas de José María Caballero pertenecen a este libro.)

 

La Carolita, sábado 22/mar/2014

© Flóbert Zapata, marzo de 2014

lunes, 17 de marzo de 2014

Pasen los niños mimados o pasen los ejércitos. Por Flóbert Zapata

(Detalle de un cuadro de Botero, expuesto en la Notaría Tercera, Manizales)




1
Eres mentiroso y vas a las marchas contra la guerra. Las mentiras son armas para la defensa o para el ataque en los combates que cada persona libra dentro de sí misma. Participas al tiempo de dos acciones opuestas con un solo cuerpo dividido, pides la paz de las trincheras desde las guerras del ego.

2
Un solo hombre, sin armas, rodeado de mil penas que le disparan desde arriba. No hay escapatoria, nadie te oye, espera la llegada salvadora del cáncer.

3
Mirada de lejos la batalla se parece a una plaza de mercado. No te engañas: una guerra es un mercado y un mercado es una guerra.

4
No me gusta la guerra, me reclutaron a la fuerza, actué para salvar mi vida, fingía matar y disparaba por encima de las cabezas. Los buitres devoran los cadáveres y no me miran.

5
A los débiles nos destinan a las tropas de diversión. Con suecos, kepis largos y uniformes holgados nos hacen parecer altos y robustos. Entonces los contrarios destinan a sus soldados más fuertes a enfrentarnos. No hay diversión en ir a una muerte segura sino en que lo sabemos y obramos como si no lo supiéramos. Perecemos en el centro para que triunfen los flancos, perecemos allí para que la vida triunfe en otra parte.

6
La vida es el arte de la guerra como la guerra es el arte del engaño, desarma la vida para que la guerra sea el arte de la comedia.

7
No hay polvo que se levante cuando el enemigo avanza. No verás soldados que calman la fatiga apoyándose en el fusil. Más sábelo, el mundo del trabajo es una guerra como cualquier otra. Peleas solo contra el mundo de todos contra todos. Buen general, desconfiado, no revelas tu estrategia sino al momento mismo de la batalla. Disfrutas solo la victoria exactamente como si se tratara de una derrota. En la derrota sabrás lo que siente una lagaña al verse corrida con asco.

8
Las ramas de los árboles se mueven, los pájaros huyen, pasen los niños mimados o pasen los ejércitos.

9
Tienes hambre, el combate se ha prolongado, no hay víveres, han cortado las rutas de abastecimiento, disparas con esperanza y anhelo, matar a un enemigo es lo mismo que comer carne.

10
Sólo se justifica la guerra cuando haya sido agrietado y escupido el cielo. Sanaremos las grietas, limpiaremos el esputo. Con tierra húmeda de sangre e indigesta de músculos y huesos lavaremos el azul hasta retornarle su pureza.

11
Te quemarás en el mismo fuego que provoques. Perder será quemarte todo, triunfar será quemarte el corazón, hacerte un cambio de rostro. Perder será quemarte rápido, triunfar será quemarte lento.

12
Soy el espía liquidable muerto. Soy el que ataca para defenderse. Soy el soldado que caerá sin cráneo. Soy el limpio y pobre arte de la maniobra. Soy el general que tiembla entre la seguridad de ganar y la sorpresa de perder. Soy la bandera que se agita en el campo de batalla para que los combatientes le pidan perdón a los cadáveres. Soy la ola de sangre que no puede volar. Soy la guerra que no nace de la codicia. Soy un hijo del cielo de la razón.

13
Todos los días te miro, país, a ver si crece silvestre la piedad. ¿De qué azar genuino vienen esas tropas de vagabundos mendigos que recorren los barrios escarbando las basuras?, ¿en qué mala guerra participaron para que sobreviniera semejante castigo? Pudieran conocer la respuesta pero ni siquiera conocen la pregunta.

14
La ira es hija de la velocidad. La ira repara sus piñones en Roma donde César el mecánico,  en Judea donde Levi el electricista y en Macedonia donde Alejandro el tornero.  La ira come carne de feto de oveja porque la carne de la madre es dura.

15
No tengo alma de asesino. No tengo alma de violador. No tengo alma de usurero. No tengo alma de mercenario. Casi ni me puedo lavar los dientes porque me da nauseas.

16
Cuando los poetas salen de su silencio la escalera que conduce a la guerra es la misma que conduce al cielo.
La Carolita, martes  11/mar/2014

© Flóbert Zapata, marzo de 2014


















lunes, 10 de marzo de 2014

Esta gigante esperanza seguirá aplazada. Por Flóbert Zapata Arias

J. de J. X., incrédulo pensionado, me dijo: “¿Sabe qué hago yo? Voy y atravieso una cruz grande en el tarjetón para que el voto quede nulo”. La cruz en lapicero de una tumba de papel. Otros simplemente fingen marcar y entregan el tarjetón tal cual lo recibieron, virgen. El teatro nos ofrece siempre sus relámpagos. Recuerdo la entrevista con Enrique P. en Villamaría, a él le llega un periódico que promueve el abstencionismo. Otros marcan la casilla de voto en blanco, en abstención activa.
Blancos, nulos y abstención conforman implícitamente el voto del desacuerdo y el desinterés,  del reclamo y el desencanto, de la exclusión y el olvido.
En Colombia, del potencial de sufragantes  de 33 millones sólo 11 millones votaron efectivamente por los partidos. Dos terceras partes de la población no quieren el tipo de país que tenemos. El 70 por ciento reclama nuevos rumbos. Pero quizá el porcentaje aumente si consideramos la viva tradición nacional de compra de sufragios y otros delitos.
Esta voz masiva no se escuchará, esta gigante esperanza seguirá aplazada, el hielo latente continúa su absolutismo.
La Carolita, lunes  6/mar/2014

(Foto: Neira, por La Cuchilla)
© Flóbert Zapata, marzo de 2014

jueves, 6 de marzo de 2014

Se habla de héroes y se piensa en estatuas. Por Flóbert Zapata

(Foto: Torneo Feria de Manizales, 2014)

Se habla de héroes y de heroísmo y se piensa en estatuas.
Pero también las estatuas se dividen en dos, las erigidas porque arrasaron el odio para sembrar amor y las erigidas porque arrasaron el amor para sembrar más odio, para aumentar los territorios de su imperio milenario, para engastar más piedras preciosas en el trono de la mentira. 
Algunas culturas saben que al enemigo hay que matarlo, el taoísmo recomienda no matar al enemigo sino inhabilitarlo.
Más grande héroe que todas las estatuas es el que puede convertir sin guerrear y sin inhabilitarlo a su peor enemigo en amigo.
La Carolita, martes 10/sep/2013


© Flóbert Zapata, marzo de 2014

Mentira que sobrevivirán las cucarachas y las ratas. Por Flóbert Zapata

(Foto: Ibagué)

Da miedo pensar en el poder de La Nueva Europa (la vieja Europa más Estados Unidos y Canadá).
Todo lo maneja en materia de medios: internet, televisión, periódicos, radio y lo que se mueva en comunicación. Concentra la mayor parte del capital del planeta. Las instituciones pertenecen a su cuerda: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, ONU, OEA, Cascos Azules, Médicos sin fronteras, SIP, CIDH, etc., porque funcionan con su billete.
Controla a desunidos árabes, controla a desunidos africanos, controla países asiáticos, controla buena parte de Latinoamérica. Para saber cuáles mírese los que tienen mayor índice de pobreza. Fastidia a los poderosos: India, China. Acaba de metérsele al patio a la transcontinental Rusia,  quiere posesionarse de Ucrania, que significa lo mismo que Rusia se posesione de Panamá.  Algo gravísimo. Ni Moscú ni Washington dormirían tranquilos con bases militares y misiles apuntándoles a sólo un puñado de kilómetros.
Para ejercer tal control acuden al viejo licor de la invasión: Irak, Irán, Libia, etc. Pero ahora se dopan con un trago más fuerte y más fino: los Golpes de Estado Suaves, llamados La Primavera Árabe o Revoluciones de Colores en otros países.
La New Europe acaba de dar un Golpe Suave en Ucrania, sacó del poder al presidente legítimo Yanukovich.
Tiene que vivir agarrada de las mechas, su historia se reduce a la historia de sus guerras. Sus héroes se reducen a militares: César, Alejandro de Macedonia, Hitler, Mussolini, y una larga lista.
La Segunda Guerra Mundial produjo 62.000.000 de muertos. De esa cifra 41.000.000 corresponden a civiles y 20.000.000 a militares, por cada soldado mueren dos niños, por cada soldado mueren dos empleados,  por cada soldado mueren dos mujeres, por cada soldado mueren dos ancianos.
Los conflictos se comienzan por nada y cuando se encienden resulta difícil pararlos.
Una próxima contienda no permitirá hacer cuentas y balances, todos moriremos, sabemos que el mundo está sembrado de armas nucleares y de otras secretas, mentira que sobrevivirán las cucarachas y las ratas.
La Carolita, jueves  6/mar/2014


© Flóbert Zapata, marzo de 2014

martes, 4 de marzo de 2014

© Flóbert Zapata, febrero de 2014

Me dices que te sirva de fiador, amado mío, lo único que tengo. Este apartamento es sagrado, herencia de mi madre, me hizo prometerle que nunca lo pignoraría, cumplo su destino. No, no te sirvo de fiador, ni a ti ni a nadie, he aprendido con dolor inenarrable, espero tu lealtad. Pídeme ayuda en cualquier otro campo pero no en éste. Deseo fervorosamente que jamás fracases y sonreirás porque el deseo sobra pero si algún día la ruina te arrojara a la calle, ten por seguro que puedes contar con este apartamento, vivir en él, buscar conmigo la lentitud y tomar por ello mi cuerpo desnudo cada que lo necesites. 
La Carolita, viernes 24/ene/2014

(Foto: Techos de La Carola en invierno, Manizales)


© Flóbert Zapata, marzo de 2014