jueves, 4 de octubre de 2012

AY, BARBITA. Por Flóbert Zapata Arias


Ay, barbita, me da pesar cortarte, te dejé crecer por embromarme  y me estoy enamorando de ti.
Se trataba de un juego y ahora quieres que nos casemos, pero sé que no hablas en serio, te disgusta tanto el matrimonio como a mí.
Llegó la hora de que nos separemos, porque necesito cambiar pero quiero que sepas que para los reductos negreros significó una experiencia contrarreveladora andar contigo, que me dolerá tu ausencia a pesar de que no te destacabas por la espesura o los hilos gruesos.
El ilota que llevo en las venas brotó, cantó y tocó el cielo del rebelde.
La dependencia del qué dirán una vez más mordió el polvo.
Adiós barbita, adolescente canosa y lasciva, ya nos volveremos a encontrar.
Te prometo que no moriré sin ti, con tiempo habré dejado que me llegues hasta el pecho. Que la próxima vez te pintaré de verde como homenaje al universo cuando aun no estaba escindido en severidad de casta y supervivencia antropófaga.
Porque morir con barba, eso sí es morir.

 

 

La Carolita, miércoles 19 de septiembre del 2012.

©Flóbert Zapata Arias, septiembre del 2012