domingo, 21 de julio de 2013
SALEN A TOMAR SU PEDACITO. Por Flóbert Zapata Arias Montes
Sobra
felicidad, nunca ha faltado, nunca faltará, se acumula, crece silvestre,
exuberante, en todas partes, incluso sobre las rocas y en el fondo del mar,
pero no pueden tomar siquiera un pedacito.
Allí llega el sol, llega el aire, llega la
lluvia, llega la noche, pero no llegan las monedas y los billetes y menos las
tarjetas de cajeros automáticos.
A las cuatro de la mañana roban en ollas agua del
acueducto para las comidas y se bañan en una fuente del monte próximo, las
velas brillan en la penumbra como antes de que Thomas Alva Edison inventara la
bombilla.
Su número crece desaforadamente, ¿quién no se ha
encontrado uno durmiendo en las escalas de la puerta de entrada a la casa para
evitar la humedad de la acera y de la calle?
Dos chicos se revientan las narices a puños por
una moneda de cincuenta pesos que no alcanza para comprar una menta TTT.
Hace quince días les regalé a dos recicladores de
a moneda de quinientos, viérase la fiesta, la reconciliación en ese lenguaje distinto
que encanta oyéndolo, tan digno como el de Shakespeare.
Una vez esperaba el Cosmobús con un billete de
mil tomado por un extremo y Yimy se me
acercó y me dijo:
−No deje ver el billete, profe, que por ese
billete son capaces de matarlo.
−¿En serio?
−Claro, no ve que con eso se compran una vincha
(droga).
Aunque algunos aceptan su destino serenamente
como Sócrates, otros desesperados, semejantes a hombres antes pacíficos obligados
a actuar en la guerra en un país lejano, que matan porque o si no los matan, hacen
morir porque los hacen morir, salen a tomar su pedacito de felicidad en los
árboles, en las viviendas, en los cuerpos. Como son duros de arrancar usan
pistolas y cuchillos. Han ocupado todos los territorios con sus
felinas apariciones relámpagos y las mentes tiemblan y luego se paralizan.
La Carolita, miércoles
17/julio/2013
© Flóbert Zapata, julio de 2013