lunes, 1 de julio de 2013
ANTEOJERAS. Por Flóbert Zapata Arias
Nací con anteojeras, a través de ellas miré siempre en la
dirección y las cosas que me indicaron y permitieron.
Tengo cincuenta y cinco años y, aunque les he hecho agujeros,
aún conservo las anteojeras, agradecido de que me enseñaran a no mirar atrás, a
no vivir en el pasado; algo benéfico le toca al pobre de lo que le usurpan, algún
peso le quitan al sobrecargarlo, la maldad nunca triunfa del todo y al final se
suicida. Esta conciencia redujo la esclavitud a la mitad del sufrimiento. Lo
peor para el asno es no poder mirar a las estrellas pero un día descubre lodo
de galaxias bajo sus cascos: sólo con una
gran sonrisa puede hablarle la vida a la muerte.
San
Antonio de Prado, Medellín. 18 a 26 de mayo, 2013.
© Flóbert Zapata, julio de 2013