viernes, 28 de septiembre de 2012
NOS LO HA RECORDADO. Por Flóbert Zapata Arias
Hacía mucho que no me paraba a mirar un crepúsculo. Hoy un crepúsculo,
nanosegundo de aurora boreal, me paró
frente a él. Me pareció el más bello que jamás hubiera visto pero quizá atacaran
la culpa, la mala memoria o la nostalgia. Un llamado a dejar la arrogancia del
miedo a morir en minutos. Unas formas enigmáticas porque no esconden enigma
alguno, explicables todos poco a poco. Unos colores de muralismo solar
antibélico. La bomba atómica de Hiroshima sobre Manizales. Tenaz concierto de
la línea y la curva, del túnel y el horizonte abierto. Pene celeste canino fecundando la ciudad. O simplemente la
belleza inexplicable, inaprensible, curando las heridas de la mente colectiva. Una
de las fotos que le tomé, mirada desde otra posición, discurre expresionista y
múltiple, como si no bastara lo dado, el conocimiento humano hecho por la luz,
el agua, la tierra, el aire. El crepúsculo hace artesanías y hace obras de
arte. Hoy hizo una obra maestra. La fama ganada esta tarde impide que lo
sigamos matando, invita a que hagamos una tregua y nos sentemos bocarriba a
mirar las estrellas en vez de fabricar los noticieros del espanto. Un
crepúsculo fue siempre el fuego y el humo del que nació el hombre espiritual mientras
lo observaba absorto. Hoy nos ha sacado por un momento del dinero y nos lo ha
recordado.
La Carolita, miércoles 26 de septiembre del 2012
©Flóbert Zapata Arias, septiembre del 2012