Las Secretarias de dirección de X (aquí una entidad estatal) salvan vidas de criaturas pequeñas, lo que las hace grandes, lo que les aumenta días también a ellas, aunque no lo hacen con ese interés, aunque quizá anden inconscientes de ello o descrean. Los pájaros se chocan en los vidrios de las ventanas y los ventanales, lo que deja dudas sobre si la construcción fue diseñada pensando en otras especies, muchas veces no les pasa nada y otras caen muertos o desmayados. Los recogen en carpetas de legajador de archivo, que actúan como camillas, les meten el pico en una botella de alcohol y algunos empiezan a parpadear, se recuperan y cuando menos se piensa salen volando. La idea fue de Martica. Una vez un contuso quedó en el techo y no alcanzaban a recogerlo. Ataron a una vara un algodón impregnado de alcohol, lo llevaron hasta su pico y se salvó. A un tucán tan pequeño que cabía en el cuenco de la mano, verde como una lora, el pico como un serrucho, lo recogieron, le dieron los primeros auxilios, lo pararon en una ventana, hasta que salió despavorido cuando Stella con mimos le ofreció un pedazo de buñuelo.
Manizales, jueves 8 de diciembre del 2011
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