¿Por qué tardamos tanto para dedicarnos tiempo? Porque los demás nos incumplen las promesas que nos hacen pero nunca con mayor sevicia que las que nos hacemos a nosotros mismos. La belleza se compadece del ansia desaforada y baja en una canción, Dance me to the end of love, de Leonar Cohen, del mismo modo que subía desde la evasión hasta la realidad en Los años maravillosos a través de Joe Cocker y With a little help from my friends. ¿Por qué aplazamos tanto lo que nos hace felices, es decir lo que realmente necesitamos y tememos? Porque somos programados para la muerte tanto como para llamar muerte a la vida.
Copyright © Flóbert Zapata 2011