miércoles, 19 de diciembre de 2012
COMO SI NADA. Por Flobert Zapata Arias
Mi hora de acostarme es las 11 de la noche. Ayer, dispuesto sobre el lado
izquierdo, conquistando el sueño, sentí un diminuto sobresalto en el corazón.
Me pregunté si había llegado la hora, me levanté y escribí este testamento.
Si muero a las once de la noche, déjenme tranquilo hasta las siete de la
mañana, hora en la que generalmente despierto. Regresen a sus cuartos como si
nada. Nos vemos dentro de un rato. El pié descubierto arréglenlo para que queden tranquilos pero si lo dejan así no hay problema. Ya
pasó hace unos años en Aranzazu con dos ancianas hermanas que comían en el
mismo plato, dormían en la misma cama y se cubrían con las mismas cobijas. Una
de ellas murió de repente a las doce de la noche. La otra lo sospechó, lo verificó,
lo supo, le acarició el cabello, siguió durmiendo a su lado, como si nada, y a
las seis de la mañana salió a avisar después de tomar tinto.
La Carolita,
domingo 16/dic/2012
(Fotografía:
arte urbano, Manizales)
©
Flóbert Zapata diciembre de 2012