Las interminables palabras de los profesores salen espumosas de la champaña de la culpa.
jueves, 15 de noviembre de 2012
LA CULPA. Por Flóbert Zapata Arias
Las interminables palabras de los profesores salen espumosas de la champaña de la culpa.
De la leche de los senos de mi madre recibí las
proteínas de la culpa.
La simiente de mi padre traía la herencia de la culpa.
Le enfermedad nace de las bacterias de la culpa.
Los gusanos, el fuego, al devorar al cadáver separan
la carne de la culpa que, reflotando en el aire, la humedad, la tierra, se
adhiere, se introduce de nuevo en los vivos sin abandonarlos jamás, como una
segunda sangre, como un segundo sistema de músculos, como un segundo esqueleto, irrefutable mandato de las estrellas.
(Fotografía: arte corporal y facial caduveo. Tomado de Tristes trópicos).
La Carolita, octubre de 2012.
©Flóbert Zapata Arias, noviembre del 2012