miércoles, 7 de marzo de 2012

HENRY ZAPATA. Por Flóbert Zapata

Gracias por enseñarme que los cadáveres son hermosos aun sin ojos verdes ni compasión.

Al fin pudimos hablar de tu ocupado delirio de dios familiar.

Dejamos para siempre de ser buenos hermanos y malos amigos.

Nos fumamos por primera vez juntos y delante de todos el secreto que guardaba cada uno por su lado.

Ya no te asolará el terror de imaginar a tus hijos durmiendo en una acera, comprobaste que no dolía tanto.

Nos pregunta la vida por qué nunca nos tomamos una foto solos y abrazados.

Comienzo en ti el no camino, terco buda de piedra.

© Flóbert Zapata marzo del 2012