viernes, 23 de septiembre de 2011
POESÍA CON JUECES SIN ROSTRO. Por Flóbert Zapata
Una editorial universitaria recibe propuestas de edición de obras que un jurado secreto avala o rechaza mediante un concepto que no se hace público y queda en la esfera de lo desconocido. ¡Qué cómodo no correr riesgos!, qué triste desaprovechar la humana posibilidad de un nuevo género en vez del juego entre lo humano y lo divino que da vida o la quita. Un crítico admirador de X-503 avaló elogiosamente unos poemas de un libro vestido por X-503 con estilo parlanchín que muchos sin embargo aplauden. El Boletín Bibliográfico del Banco de la República muestra el espaldarazo de Édgar O’hara pero el contrario concepto en papel roto por la máquina de escribir pierde todos sus derechos de complementación, aun en gacetas de provincia. Descalificar esta posibilidad de visibilización en instancia tan generatriz nos hace a los poetas parecidos a los políticos criollos o a cosas peores y a las editoriales las pone en riesgo de aproximación a mundos muy cercanos a feudos. Los conceptos que deciden la publicación o no de obras literarias deberían aparecer en una sección que sin duda resultaría tan interesante como la de reseñas donde, entre otras posibilidades, podemos refrendar la fama a través de la equivocación los que no podemos llegar a ella a través del acierto o comenzar encontrarnos con nosotros mismos gracias a algún inesperado asomo terapéutico de narcisismo implosivo.
Copyright © Flóbert Zapata 2011