lunes, 24 de junio de 2013
MAESTRO. Por Flóbert Zapata Arias
(Vitrina en un centro comercial de Medellín)
Para que yo la implantara, amputaron mi voluntad y me
implantaron su voluntad, que también se la habían implantado. Después colocaron
rejas en mi cerebro para que entraran sus órdenes y nunca mis necesidades. Los
miro ahora en la tumba de la memoria, tristes funcionarios a los que tengo que
sobrevivir, yo el más patético de todos, el funcionario de mí mismo. Hay reja
de hierro para que no se roben la lápida pero arranco las flores de plástico y
las tiro a la basura, tardarán doscientos años en liberarse y sonreír. Cuando
quieren renacer en sus celdas-trincheras voluntarias, apago la luz, enciendo una vela y miro largamente su llama
hasta que se devuelven. Lo merecemos por no rebelarnos a conducir a la gente
desde la prisión del conocimiento hasta el conocimiento de la prisión.
San
Antonio de Prado, Medellín. 18 a 26 de mayo, 2013.
© Flóbert Zapata, junio de 2013