No sobra recordar que Prometeo es un titán de la antigua religión griega tan amante de la civilización humana que robó el fuego de los dioses, en una cañaheja (f. Planta umbelífera de unos 2 m de altura, con tallo recto y hueco, de la que se extrae por incisión en la base una gomorresina de aplicación medicinal. http://www.wordreference.com/definicion/ca%F1aheja), para dárselo. Por esto fue castigado: un águila hija de monstruos diariamente se le comía el hígado, que sin embargo le volvía a crecer. Un día fue liberado con la condición de portar un anillo con un pedazo de la roca en que había sido encadenado en vez de una piedra preciosa.
con mi sangre he levantado ciudades
que engendran el ritmo.
Les dije:
la he extendido cual rama ardiente
que me llevara en su savia
iluminando a la muerte y al sudario.
Canté, les dije a mis días:
he purificado mi sangre.
Canté, dije:
he separado el sueño
de las pestañas que lo cosen
y he mezclado el ojo con el tiempo.
Adonis (Siria)
Si hubiese conocido la hora de mi muerte
me hubiera emborrachado antes de que llegara.
No van con el final
conversaciones serias y profundas;
no hay lugar para edictos o sentencias.
Le hubiera dicho cosas duras, que la ofendieran.
Hubiera vomitado sobre su viejo calcio.
Con la propia botella le hubiera roto el cráneo.
De su guadaña hubiera hecho hebillas.
Pero la loca muerte me sorprendió a mansalva.
Ayer, martes, mitad del mes más largo,
once de la mañana.
Bastó con que oprimiera
por menos de un segundo
mi cansado miocardio con su índice.