(Encuentro de Escritores Filadelfia. Julián Chica Cardona. Escritor filadelfeño radicado en Pereira. Miembro fundador de la Corporación Encuentro de Escritores Filadelfia)
sábado, 29 de marzo de 2008
ENCUENTRO DE ESCRITORES FILADELFIA –Hacia la grandeza de alma-
(Encuentro de escritores Filadelfia. Homenaje, en la Casa de la Cultura, a la edición No 100 de la revista El Correo de los Carrapas.)
Durante más de veinte años el Encuentro de Escritores Filadelfia ha sido realizado de manera admirable y con dificultades increíbles.
-Bondades: Una continuidad. La calidad preeminente de alguna edición. Da oportunidad a quienes gatean. Ha comenzado el tránsito, lento y veteado, de la localía y el primer peldaño a la proyección y la trascendencia. Estimula a que sea observada la alternativa estética como forma de vida. Posee vocación de armonía, mejor cuando alcalde, secretario de educación, director de la casa de la cultura, usualmente generales de campaña estos dos últimos, con sabiduría han prestado su colaboración y estímulo sin asumir un papel visible, y menos directriz, para que sus opositores no aniden prejuicios, celos y nueva semilla para la ojeriza. Logra superar las embestidas y los palos atravesados en la rueda por egos y protagonismos de farándula y el universo de chismes y consejas, y hasta libelos, que deben padecer quienes hacen algo de parte de quienes no hacen nada, es decir los pro-nada y contra-todo, aquellos cuya acción es el verbo flojo, expertos en condenar sin oír. Calumniados fueron Buda, Jesucristo, Lao Tse, Bolívar, Confucio ("Con vuestra alta túnica y vuestro fino cinturón, usáis de falsas palabras y de hipócritas acciones para embaucar a los soberanos y ganar riquezas y honores. No hay bandido más grande que vos, ¿Por qué, entones, no os llaman Confucio el Bandido, en lugar de llamarme a mí Zhi el Bandido? ISBN 84-473-2446-X p. 300" )... Calumniados son los gobiernos latinoamericanos que propugnan por la unidad mestiza. Quien no haya padecido esta lacra no se gradúa de humano. La falsificación y el embuste, esperanto al revés, es una de las grandes tradiciones nacionales, tanto que debiera incorporarse al escudo. Cualquiera hoy es diestro en ellos porque ha tenido un perfecto y todopoderoso maestro: las multinacionales y las nacionales mediáticas en su demencial lucha por el poder económico. Mesura, tacto, continencia, son joyas bien raras.
-Equivocaciones: Muchas, ninguna grave, pero es la única forma en que se aprende. “Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones”, anotaba el inmolado Óscar Wilde.
-Debilidades: Ha perdido calidad. No se le paga a los escritores. Por limitación o nulidad de recursos se invita en ocasiones a cercanos en la geografía, conocidos y desprogramados. Se ha colado uno que otro que no tiene el mínimo nivel deseable a pesar de su trayectoria de años.
-Su gran mérito: haber sobrevivido a la última polarización política que vive el municipio en la lucha de dos bandos por hacerse a la alcaldía. Nadie puede negarle que ha tenido una posición neutral.
-Su gran riesgo: sucumbir a los embates de la citada polarización política, que sumada a casual negligencia, ha ocasionado que en el 2008, en la semana del 23 de abril, se realice la décimo tercera versión en vez de la vigésima, tal debiera ser, merece y conviene a todos.
Como se comprende, nada se hace así porque sí. Muchas personas han entregado lo mejor de sus vidas para que todo este largo proceso fuera posible. Desvelos, afanes, sacrificios, abnegaciones, de todo tipo, han sido necesarios para que la nada feliz no hubiera reinado. Sólo quien organiza una programación de esta envergadura sabe que, una vez terminada, el cuerpo pide cama y a veces médico.
¿Qué es el Encuentro para tantos y tantos que lo hemos empujado, estimulado, incitado, espoleado, dado respiración artificial, resucitado? Sueño, ilusión, quimera, humanismo, utopía. No más. No lo dañamos buscando votos, fama, nombre, charcos de Narciso, y mucho menos vindicación, venganza, ajuste de cuentas o veto.
Muchos paisanos han sido echados. Tarcisio Chica maldijo una vez a Filadelfia, juró irse y no volver y lo cumplió. Así muchos. ¿Problema de ellos? “Sí”, responderán los abajadores y cierrapuertas. A la asunción de ese despotismo sólo se entra por el orificio de la maldad: la negación del derecho humano de ser distinto a la mayoría y de disfrutar por igual de los beneficios de una tierra, la enfermiza incapacidad de ser solidarios y unidos alrededor del bien común sin prerrogativas.
El Encuentro, espacio de ensoñación, debe construirse en contravía a estos extremos caníbales y a cualquier otro, del linaje que sea, que atente contra la esperanza, la reconciliación inaplazable, el goce colectivo de la imaginación creativa, los procesos de resensibilización. Propugnar por el desarrollo de la conciencia de que la diversidad es riqueza y no desventaja o desperfecto. Estimular la convivencia pacífica y el sano debate en vez de las tendencias sectarias. Entender que en materia humana todo es relativo y no caben los absolutos.
Para fortalecer lo positivo y debilitar lo negativo, le dimos personalidad jurídica a través de la Corporación Encuentro de Escritores Filadelfia, conciencia al orden del día de que los hombres morimos y las instituciones permanecen, si son en sí mismas una revolución constante, por supuesto. Conforma la junta directiva un envidiable grupo de jóvenes, porque para estas faenas se necesita el mayor depósito de energía y fortaleza física: Wilmar Morales (poeta, sociólogo), Sergio Adrián Castaño (músico, ingeniero civil, escritor), Leandro Loaiza (escritor, licenciado en Lenguas Modernas), Sandra Marcela Gómez (licenciada en Artes Escénicas, escritora), Sergio Hurtado (diseñador gráfico, artista plástico). Para su conformación se hizo convocatoria pública y es tan abierta que cualquier ciudadano filadelfeño puede integrarla a la hora que lo desee. Si este equipo irrefutable no merece el apoyo, la concesión de confianza y el respeto a la autonomía entonces Filadelfia dará muestras de falta de esplendor e idealismo, de contexto abonado para las egolatrías y reactivo a los desprendimientos, de poca o ninguna valoración del otro y sus méritos, y finalmente, de descrédito a sus más altos valores.
Este grupo abrazará alborozado a cada persona que quiera trabajar con sentido cooperativo, dando ejemplo de lo que todos sabemos por los genes y sin embargo contrariamos por la vanidad y la obcecación: que sólo lo cohesionado permite encarar el futuro, arte y educación como claves categóricas, y esperar de él lo que merecemos y nos hemos negado.
Esperamos que Ómar Valencia, alcalde de Filadelfia, quien ha destinado $5.000.000.oo del presupuesto municipal para el evento, hombre que ha ejercido la docencia universitaria, de formación en Derecho, sabrá entender estas consideraciones y atenderlas. De ello depende en buena medida que el Encuentro comience a dar reales pasos de grandeza.