viernes, 13 de septiembre de 2013
POEMA VIEJO (con explicación). Por Flóbert Zapata
(Obra de Gabriel Posada)
El universo bendiga a la muchacha que
se ennovia con el viejo porque vence una terrible herejía. Que la bendiga por
refrescarle los labios calientes, por sembrar flores en su tumba feliz, por
recibir cartas en papel, por ponerlo siempre en estado de beatitud, por darle
la moneda sin usar de su sonrisa. Gracias muchacha por entender que el viejo no
está cerca de la muerte por los años sino por su condena a no poder conseguir
de novia a una muchacha. Gracias por sacarlo del infierno sus últimos cinco
minutos, ¿sabes qué es el infierno?, tener que decir que no le gustan las
muchachas, que no sueña con una muchacha. Gracias por realizarle el deseo mayor
de un viejo, estar desnudo todo el tiempo, con las persianas cerradas, el teléfono
desconectado y regada la noticia de que viajó no se sabe para dónde, porque la
vida renace en eso, en viajar de nuevo a la juventud al contemplar a una
muchacha. Sólo cuando el viejo se ennovia con una muchacha puede decir que
existe el amor, en caso contrario deberá aceptar que existe dios, el viejo
vestido todo de blanco o todo de negro, el viejo sin riquezas, el viejo feliz,
el viejo pacífico, el viejo compasivo, el viejo sereno de barbas largas,
blancas, hermosas, limpias, que se lleva todas las muchachas.
LA EXPLICACIÓN
-Quiero hacer un acercamiento a varias
lecturas del poema, que si las precisara dentro de él lo forzarían, le dañan la
sugerencia, entre otras cosas porque así nació.
-De él excluyo esta definición:
“Muchacha: Niña que no ha llegado a la adolescencia”, considerarla nos entraría en
lo morboso e inhumano.
-Incluyo esta: “Muchacha:
Persona joven que está en la etapa de la adolescencia”. Como María cuando se
hizo la mujer del anciano José en el relato bíblico del que nace Jesucristo,
para poner el ejemplo más tópico y utópico. O la adolescente que se unió a mi
tío materno José Arias y por la cual dejó a su esposa profesora, de tal
palo tal astilla, como veremos enseguida.
-También considero la siguiente, felicidad del colega nicaraguense Darío,
indias en su experiencia: “Muchacha: Mujer
joven que trabaja en las tareas domésticas de una casa”. Mi abuelo materno
José María Arias, muerta la abuela María, se unió a la muchacha del servicio o
sirvienta, lo que digo sin racismos, porque a ciertos eufemismos, empleada doméstica, verbigracia, los baña una hipocresía más dañina aún, sólo
rezuman lo políticamente correcto en la cáscara, la cáscara de celofán.
-Y esta: “Muchacha: Persona
que se halla en la mocedad”, cuando mocedad es la “Época de la vida humana que va de la
pubertad a la edad adulta”. Miremos cómo se amplía el
significado. Ello explica que Piero, al final se observa, no sólo utilice la
palabra muchacha sino que le agrega el adjetivo niña. La de su canción ha
llegado a la alta adultez, parece.
-La relatividad dice que muchacha para
un setentón puede ser una mujer de cincuenta y seis, muchacha para un sesentón
puede ser una mujer de cuarenta y cuatro,
muchacha para un cincuentón puede ser una mujer de treinta y dos,
muchacha para un cuarentón puede ser una mujer de veinte o veinticinco, muchacha para un treintón pude ser una mujer
de dieciocho, muchacha para un muchacho
de diecinueve puede ser una mujer de dieciséis.
-Del cuento Últimos atardeceres en la
tierra de Roberto Bolaño este fragmento: “En la recepción del hotel
encuentran a un tipo bajito y con dientes de conejo. Es joven y parece
simpático, les recomienda un restaurante cercano al hotel. El padre de B le
pregunta por algún sitio animado. B entiende a lo que se refiere su padre. El
recepcionista no lo entiende. Un sitio con acción, dice el padre de B. Un lugar
donde se puedan encontrar muchachas, dice B. Ah, dice el recepcionista.”
Muchachas significa prostitutas para el chileno radicado en México Distrito
Federal y ahora de vacaciones en Acapulco con su hijo B.
-Toda mujer de corazón bello, lúcido,
abierto, y dulce, audaz, alucinado, es una muchacha indiferentemente de la edad
que tenga, de si anda por la vejez aun joven o por la juventud que empieza la
vejez, sin corazón no hay muchacha y algunas muchachas no tienen sino un
corazón.
-Y queda, ni más faltaba, la lectura
del hombre que envejeció y recuerda intacto el rostro del gran amor de la
juventud, todo hombre tiene un gran amor con el cual nunca se casa.
-El lector, por supuesto, encontrará
sugerencias muy suyas.
-Las presentes notas limitan el poema
pero de todos modos los viejos, a quienes busca consolar o hacer reír, quienes mejor comprenderemos su sentido,
tenemos mala memoria y una vez leídas tan pronto las olvidamos y volvemos a él
como si lo destapáramos por primera vez;
innecesarias para el sano, de paso sirven para orientar al lector poco
avezado en el sentido de que un poema pude reventar en muchos poemas.
-A todas estas hubo un tiempo por mi
tierra en que la palabra muchacha se recibía mal, hasta que llegó el citado
Piero y la puso en el cielo con la canción Cómo decirte ahora, “muchacha
niñaaaaaa, niña muchachaaaaa”, no hay modo de olvidarla.
La Carolita, miércoles 28/ago/2013
© Flóbert Zapata, septiembre de 2013